Estas cinco reglas están relacionadas, con los llamados "venenos" del Budismo Tibetano. Todas las enseñanzas budistas están relacionadas.
1.-La primera regla, libera tu corazón de odio
Nos aconseja apartarnos de uno de los tres venenos principales, el odio.
2.-Libera tu mente de preocupaciones
Reitera la importancia de no conceder tanta importancia a las situaciones y los pensamientos y tener más presente la relatividad intrínseca de todos los fenómenos.
3.-Analizando la tercera, vemos que la humildad es el antídoto al veneno del orgullo.
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4.-la cuarta regla para la felicidad: ésta habla de la generosidad con una buena motivación, el no-egoísta. Esto es vital.
Lo importante es el acto de dar (sin la intención de recibir), por eso, lo importante es que ofrezcamos cosas que nosotros creemos valiosas e importantes. Ya que ahora nos estamos fijando más en nuestro acto personal generoso que en el que recibe, si damos cosas que consideramos buenas y valiosas estamos generando mayor generosidad que si ofrecemos algo que no apreciamos.
5.- La quinta y última regla para la felicidad: "acepta más, espera menos".
Si aceptamos las cosas como nos las encontramos nuestra felicidad será mayor. Si por contra siempre nos hacemos una idea de lo que deseamos que nos pase y nos imaginemos como queremos que sea lo que sabemos que va a suceder, al ver la realidad caeremos en una comparación y nos decepcionaremos. No debemos hacer demasiados planes ni deseos para el futuro, debemos tener una actitud abierta a lo que se nos muestre, aceptando toda clase de cosas.
De esta forma vamos a incrementar nuestra felicidad: alejándonos del odio, las preocupaciones y el orgullo y abrazando la generosidad y la actitud mental.
Las cuatro nobles verdades del Budismo.
Primera Noble Verdad: La vida incluye el sufrimiento.
Todos hemos pasado por situaciones frustrantes y dolorosas. De hecho, una buena parte han sido experiencias que nos hacen sentir miserables y nos parece que todo el dolor del universo está puesto en nuestros hombros. Nos preguntamos porqué nos tocó a nosotros sufrir esto, nos conmiseramos y casi siempre generamos una resistencia y apatía contra las personas que nos hicieron daño. Buscamos venganza.
Lo que no vemos es que no somos los únicos que sienten dolor. Todas las personas del mundo sufrimos emocionalmente y nos hacemos la vida de cuadritos porque X situación no sale justo como la imaginábamos.
Nacer, crecer, amar, comer y todos los verbos que pongan aquí resultan en dolor en algún punto. Esto es porque la vida incluye el dolor emocional y todos los seres humanos lo experimentamos.
Segunda Noble Verdad: El sufrimiento tiene una causa
Hay muchas clases de sufrimiento. Si nos duele la cabeza o tenemos gripe, es dolor físico y no lo controlamos; simplemente sucede porque tenemos un cuerpo.
Pero los humanos nos caracterizamos por crearnos situaciones que nos hacen sufrir. ¿Recuerdas que cuando eras adolescente sufrías por todo? Cuando no te daban permiso, cuando esa persona que te gustaba no te hacía caso, cuando tus amigos no te invitaban, cuando no podías comprarte un disco. Toda la experiencia de la adolescencia produce sufrimiento.
Y tu vida adulta no es diferente. Ahora sufres porque no te alcanza para una casa enorme, porque quieres un mejor auto, porque tienes un trabajo miserable (y yo levanto la mano aquí), porque las cosas no salieron como quieres, porque comiste mucho y ya no te queda tu ropa.
Tus apegos, positivos o negativos, son la causa del sufrimiento emocional.
Tercera Noble Verdad: El sufrimiento siempre termina
Una realidad es que nada es para siempre. No importa qué tan perfecto esté tu fin de semana en la playa, sabes que el lunes tienes que estar temprano para trabajar.
Si estás en la fiesta más divertida de tu vida, sabes que durará sólo un poco más y luego tendrás que ir a casa a dormir.
El sufrimiento se comporta igual: siempre se acaba.
El problema con el sufrimiento, y como con todas las emociones negativas, es que es muy poderoso. Una hora de sufrimiento puro borra de nuestra memoria 10 años de felicidad. Hay situaciones en las que parece que todo el mundo se viene abajo, hay desolación en nuestros corazones y todo indica que así será el resto de nuestras vidas.
Pero al final, contigo o sin ti, el sufrimiento termina. Siempre.
Cuarta Noble Verdad: Existe un camino para terminar con el sufrimiento
Si somos inteligentes y comprendemos que mentir, robar, matar, beber alcohol o desvelarse traen consecuencias, dejamos de hacerlo. Terminamos con una conducta que nos hace daño.
De la misma manera, el sufrimiento es igual. Se puede acabar o, al menos, aminorar si somos inteligentes y si de verdad nos dedicamos a ello.
Vivir en calma y paz es invaluable, aun a pesar de nosotros mismos.
Como les dije al principio, estos cuatro factores que marcan nuestras vidas no aplican al budismo. Son verdades universales que están en la vida de cualquier persona.
Traten de ver ejemplos prácticos en sus propias vidas y verán que todo esto está vigente y se aplica a la perfección.
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